Esta receta es de lo más sencilla. La
combinación se la vi preparar al cocinero Británico Jame Oliver, un zumbao
delicioso. Me encanta la sencillez y lo hiperactivo que es este tío. Claro
está, siendo de Cádiz y adorando el pescao frito, pues alguna modificación
tiene, en cuanto a concepto y técnica. Por lo demás la receta es perfecta.
Para
4 comensales:
1
kg de calamares. Pueden ser congelados, y preferentemente que no sean
excesivamente grandes. Podemos hacerlo con puntillitas o con calamares, un poco
mayor que el chipirón. Los cortamos en trozos generosos y rompemos los ojos y
las bolsas de tinta si aún las tienen, para que no salten
4
aguacates pequeños o tres medianos. Lo importante es que estén cremosos
Un
par de limas
Aceite
de oliva virgen extra
Sal,
pimienta y tabasco o salsa de chile al gusto, para los aguacates
Harina
de freír pescado. Es la azul que lleva un pescado en el paquete. Inconfundible
Aceite
de oliva abundante. Esto significa que puedan nadar los trozos en él, nada de ½
dedo de aceite. Si quieres una buena fritura hemos de ser generosos, si no, pues
lo haces a la plancha. Freír es freír.
Empezamos por el aguacate. Lo sacamos
como te hayan enseñado de la piel y retiramos el hueso. Machacamos con un
tenedor y añadimos un poco de aceite de oliva virgen extra, sal, pimienta, zumo
de lima y la salsa de chile picante. Todo al gusto. Es tu plato, no el mío.
Reservamos
Preparamos nuestros calamares, como
hemos dicho, antes. No quitamos la piel, solo el interior y los de los ojos y
bolsas de tinta. Si quitamos la piel, después de la fritura, el calamar queda
triste y sin color. Aburrido en resumen. Enjuagamos, salamos y muy húmedos,
para que la harina quede pegada en la piel, lo pasamos por harina de freír.
Movemos y movemos con nuestras manitas y dejamos reposar un par de minutos tapados
de esta, para que mantengan una textura crujiente tras la fritura.
Una sartén profunda con aceite de oliva
abundante a fuego medio/fuerte, caliente y sin humear, muy importante esto
último. Escurrimos de harina y los palmeamos para que se elimine el sobrante de
harina. Echamos en la sartén, en cantidad suficiente para no bajar en exceso la
temperatura del aceite, pero lo suficiente, para que esta no se incremente
salvajemente y se nos tueste en vez de freír. Por desgracia esto lo da la
experiencia. Así que, a hacerlo hasta que os salga bien a los legos
en la materia.
Movemos pasados un par de minutos y
dejamos que doren. Cuando veamos que tienen un color precioso, los retiramos
con espumadera y los ponemos en papel de cocina.
Montamos el plato. Una buena porción de
crema de aguacate, y junto a esta los calamares fritos y un trozo de lima al
lado para el que quiera. Y por supuesto, a comer con nuestros deditos, que para
es para lo que nos los dio la evolución, no para escribir rápido WhatsApp ni Twitter.
Tomamos calamar y un poco de crema de aguacate. Delicia pura
Hace tiempo que no escribía como hoy,
disfrutando. Desde hace un año, me aburría hasta leer mis propias recetas. Serán
mis neuronas que vuelven a funcionar y a hacer buenas sinapsis, o el efecto de
una copa de Alfonso, Oloroso de Jerez. O las dos cosas. Espero que sean las dos
cosas. Muy, muy fácil y muy, muy rico, No puedo decir más que: seáis muy
felices o al menos intentadlo, Nadie tiene obligación de nada, creo. Un beso
enorme
Qué buena pinta!!!
ResponderEliminarA que si!! Besitos
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