Bueno, una de las historias más bonitas en la cocina para mi, es el aprovechamiento, pero sin cutreces, con sabor, ricas y apetecibles. Este era uno de esos platos que mi madre hacía a menudo, cuando quedaba un poco de todo en el puchero y no tocaban croquetas. La hacía con o sin tomate, hoy toca con.
Estas son recetas que todos creemos que son muy nuestras y solo se hacen en nuestra tierra, o ciudad, pero ya os digo que en Centroamérica, piensan exactamente lo mismo. Este plato, con ligerísimas variantes, lo he comido en Colombia, y lo he leído en otros países de la región como Costa Rica o Cuba.
Ingredientes:
- Carnes restantes deshebrada y verduras sobrantes del puchero, o cocido, o el formato de guiso que tengáis hecho.
- Ajos machacados, tres o cuatro
- Laurel, 2 hojas
- AOVE
- Para la salsa de tomate, ajo, cebolla picada, tomate triturado o natural si es fecha, Aceite de oliva virgen extra, sal, pimienta y azúcar para rectificar acidez.
Es muy sencillo, vamos primero con la salsa de tomate. Sofreímos primeros los ajos en aceite calentito pero sin humear. Cuando tengan olorcillo añadimos la cebollita con un poco de sal para que sude bien. Bajamos la temperatura. Dejamos hacer hasta que le quede un poco de agua, que no se convierta en un tomate frito. Rectificamos de sal, pimienta y azúcar para la acidez.
A parte, en un perol, ponemos AOVE con los ajos machacados y laurel. A fuego medio/suave. Dejamos que se doren y cuando están de esta guisa y huele a gloria la cocina, añadimos primero los garbanzos que no hayan sobrado. Subimos el fuego y cuando empiecen a dorar o explotar, que también ocurre, añadimos las carnes y resto de las verduras. Salpimentamos y sofreímos con contundencia. Cuando empieza a pegarse en el fondo del recipiente, ponemos el tomate, al mínimo y dejamos reducir, tapadito para que no salpique. Paciencia y listo.
Sencillo y delicioso. Podemos acompañarlo de unas patatas fritas, etc. Siempre vas a acertar. Abrazos y besos.
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