Pocas recetas son más típicas que esta.
Un auténtico clásico, pero no por ello menos delicioso a la par que fácil,
rápido y barato. Comida Sana, Cocina
Casera, Cocina Tradicional.
Para
4 personas.
400
g de arroz redondo
2,5
a 3 veces el volumen de agua que de arroz, aproximadamente unos 1,2 litros,
dependerá de a marca del arroz
½
conejo cortado en trozos
3
cucharadas de aceite de oliva virgen extra
1 pimiento
vede y 1 rojo, cortados a daditos
4
tomates maduros pelados y cortados a trocitos
1
hoja de laurel
Azafrán
en hebra
1 copa de vino blanco tipo manzanilla de Sanlúcar
1 copa de vino blanco tipo manzanilla de Sanlúcar
Sal
y pimienta
Nada
más, es que es muy fácil
Romero
y tomillo fresco
A esta receta después cada uno le puede
hacer las variantes que desee. Empezamos poniendo el aceite en un perol a fuego
medio. Una vez caliente añadimos el conejo salpimentado. Lo doramos pero sin
pasarnos, solo queremos que el sabor de la carne no sea de carne cocida.
Apartamos y ponemos los pimientos con un
poco de sal en el perol. Dejamos sofreír hasta que estén tiernos y entonces,
ponemos el tomate y el laurel. Un par de minutos después, añadimos nuevamente
el conejo y lo dejamos todo junto por otros dos minutos. En una sartén vamos a dorar el hígado del conejo con un poco de aceite. Lo pasaremos a un mortero y lo majaremos con fuerza y le añadiremos el vino blanco. Lo añadiremos al guiso.
Rectificamos de sal y pimienta, añadimos
el azafrán y cubrimos con el agua caliente. Dejamos cocer por unos 15 ó 20
minutos. Previamente nos quedamos con la altura a la que ha llegado el agua para volver a rellenar otra vez.
Procedemos a rellenar de agua y añadimos
el arroz. Rectificamos de sal y pimienta. Ojo, hay que arrancar con el caldo un
poco más sabroso de lo que pensamos que es normal. El arroz es muy soso y
necesita de alegría en el guiso
Tras unos 15 minutos de cocción a fuego
medio y moviendo con dulzura de vez en cuando, apartamos el perol y dejamos
reposar unos 5 minutos. Al apartarlo el aspecto ha de ser de quedar aún caldo.
Este lo terminará de absorber el arroz y nos quedará en su punto. Para el
reposo, añadimos unos ramilletes de romero y tomillo fresco
Servimos en un plato, y la magia entra
en tu cocina casi sin darte cuenta. ¡Ufff!, delicioso. Así que Besos a todas a
todos, en fin.
Comentarios
Publicar un comentario