Es una comida rápida y sencilla, a la par que barata y sana. Una pasta que si quieres puedes hacerla casera, con pasta fresca y un pisto recién hecho es una delicia y una forma estupenda de acostumbrar a los niños a comer verduras. A mí me funcionó
Os advierto que a mí me gusta la verdura más bien al dente, así que los tiempos están pensados para este tipo de textura
Para
4 comensales, aproximadamente:
Ponemos a hervir el agua con sal y mientras en un perol o sartén hermosa, colocamos el aceite de oliva virgen extra. A fuego medio. Cuando esté caliente añadimos las cebollas con un poco de sal y dejamos rehogar un par de minutos tapada y moviendo de vez en cuando.
Es el momento del tomate. Añadimos y limpiamos el recipiente con 50 ml de agua. Añadimos y dejamos hacer a fuego suave y tapado hasta que se consuma la mayor parte del líquido. No del todo, porque al ser con pasta, nos interesa que tenga un poco más de humedad de lo corriente, pero no caldoso.
Ponemos la pasta en la olla y dejamos cocer 1 minuto menos de lo que diga el paquete. Removemos de vez en cuando para evitar que se nos pegue y cuando apaguemos el fuego, dejamos reposar 2 minutos en la olla. Nos saldrá la pasta prefecta. Escurrimos y mezclamos con el pisto. Si vemos que la salsa ha quedado muy densa, añadimos 3 ó 4 cucharadas del agua de cocción y listo, platazo. Muy, muy fácil, No puedo decir más que a ser todo lo felices que podáis, y en estas fechas difíciles aún más.
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