Vamos creciendo, aprendiendo,
madurando y nuestros ídolos, nuestros mitos, van envejeciendo también. Unos por
los abusos en la década de los 60-70, otros por la edad y otros por
enfermedades que hay en derredor, pero que creemos que no nos van a afectar, a
nosotros, a los nuestros, o a la gente que admiramos, van cayendo por el
camino.
El pasado 27 de junio, se nos fue
uno de los grandes de las cuatro cuerdas, un genio, un animal que maltrataba el
instrumento y hacía que gimiera de placer al ser tocado. Se nos ha ido Chris
Squire, fundador de los Yes y músico que me cautivó cuando
tenía apenas 12 años, allá por el final de los 70.
Se nos va otro grande, donde los
haya, así que esté donde esté, si es que está en alguna parte: Un beso muy
fuerte y esta semana toca escuchar a los Yes, si o si. Descanse en paz
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