Sencilla, humilde, pero deliciosa a su vez. Una carne fácil de comer y divertida para los niños.
Para 4 personas necesitaremos:
2 cebollas grandes
4 dientes de ajo
Un tomate grande maduro
Una copa de vino blanco, yo uso manzanilla
Comino molido
Orégano
Tomillo
Pimienta molida
1 clavo
1 hoja de laurel
Una cucharada de pimentón dulce
Aceite de oliva
Sal
Agua
Salpimentamos la carne y la ponemos a dorar en el aceite, solo el fondo del cacharro, a fuego medio pero calentito. Una vez que la tengamos dorada, la retiramos y en ese aceite sofreímos las verduras, empezando por el ajo. Cuando empieza a cambiar de color, añadimos la cebolla junto con el Laurel y el clavo. Una vez que la cebolla está casi transparente añadimos el tomate y cuando este esté a punto de perder toda el agua, añadimos nuevamente las costillas.
Removemos hasta que el tomate está bien hecho y entonces añadimos el comino, el orégano, el tomillo y el pimentón. Removemos y sin que se queme el pimentón añadimos el vino.
Dejamos que el vino pierda el alcohol, unos 2 ó 3 minutos, y entonces añadimos el agua, abundante. Ha de cocer a fuego lento durante al menos 90 minutos. Vigilaremos que no se quede sin líquido, añadiendo a demanda. El cocerlo lentamente y sin mover en exceso, solo moviendo en círculos el cacharro, y sin meter cucharas, ni similares, ayudará a que la carne quede tierna y no se desborone.
Es un plato fácil, lento pero sencillo, y tiene un aspecto estupendo, con unas patatas fritas, ¡Perfecto¡
Un abrazo a todos
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