Cuando yo era pequeño vivía en
San Fernando y los sábados íbamos a misa de 7 en la Iglesia de San Francisco, en
la calle Real, mis Padres, mis hermanos, mi tío Juan Luís, mi tía Julia, mis
primas y yo. He de decir que era un momento maravilloso del fin de semana, ya que
estaba con la gente que quería y después venía lo sublime: Ir todos a tomar una
cervecita a la Tienda Chica, que era el bar de enfrente de la iglesia, o al bar
de Paco, junto a un Convento.
Hoy vamos a hablar de las Papas Aliñás de la
Tienda Chica, que de las albondigas con tomate de Paco, ya tendremos tiempo
otro día.
Esta receta es sublime, os lo
aseguro, como un producto tan humilde, puede convertirse en un manjar, solo con
un poco de cariño. Ahí va.
Necesitaremos:
1 ½ de patatas, preferentemente
pequeñitas
Un ramillete de perejil
3 ó 4 cebolletas
Aceite de Oliva, la graduación la decidís ustedes
Sal y Vinagre
Y FUNDAMENTAL, Unos huevos duros
cortados a la mitad. !Madre mía, como disfrutaba!.
En una Olla colocamos agua y sal
abundante. Cuando está caliente, la ponemos a fuego lento, y sin prisas metemos
nuestras patatas a cocer. El tiempo de cocción lo dará la patata, así que hay
que vigilar con una varilla de pinchito, para pincharla. Mientras tanto podemos ir cortando la
cebolleta y el perjil lo más pequeño que podamos.
Una vez que las patatas están
tiernas, las sacamos y quitamos la piel, en caliente, que es más cómodo,
dejándolas luego atemperar. Cuando las patatas están a buena temperatura,
las cortamos en cuadros de 2 cm
y añadimos el picadillo de perejil y cebolleta. Añadimos la sal y un chorro de
vinagre. Yo prefiero ir aliñando poco a poco. Al principio ponemos un aceite de
Oliva suave, que es el que la patata va a chupar, y dejamos en el frigorífico.
Pasado 15 ó 20 minutos probamos y vamos realiñando a gusto para dar el punto
final con un aceite sabroso, para que éste de el aroma final.
Para comerlas, dejarlas fuera ½
hora antes, para que se suelte el aceite y resalten los sabores. La
presentación es con unos huevos duros cortados por la mitad, y es como tocar el
cielo con el paladar
.
.
Esta vez no os hablo de mi mujer,
ni de mis hijos, porque este es un recuerdo “mío y es pa mí”.
Un abrazo a todos
Sencillamente riquisimas.
ResponderEliminarHe tenido la suerte de probar este plato preparado por el propio Moli.
ResponderEliminarY está de muerte, os lo aseguro.
Un abrazo.