No os voy a decir que es fácil y
sencilla, ni rápida. Al que vaya la marcha de las masas y dedicarle tiempo, aquí
tiene una oportunidad de oro. He hecho mucho pan y, aunque estaba bueno,
siempre tenían un algo por mi parte. He estado mirando algunas recetas y he
encontrado la que hasta ahora me parece ideal. Es lo más parecido, que sale a
mano y con un horno casero, que podemos
obtener a un pan blanco de campo. Tierno y firme y con la miga densa pero
suave, o sea, el pan.
Necesitamos:
400 ml de agua tibia
Un chorro de aceite de oliva virgen extra
1 cucharada de sal
Nos quitamos los anillos y
pulseras y nos ponemos un delantal. Calentamos, no a más de 40-50ºC el agua. Esto significa
que cuando metemos el dedo la notamos tibia y no caliente. Disolvemos la
levadura en esta agua y si podemos la dejamos reposar unos minutos, 5 ó 10.
Mientras reposa el agua con la
levadura, podemos ir, el que quiera, tamizando la harina y colocándola en un
cacharro grande, donde vamos a trabajar la masa. Lo de tamizarla no es una jilipollez,
sino una manera de añadir aire previamente a la harina, soltar los granos y
ayudar a que la levadura actúe con más facilidad.
En este momento añadimos la sal y
el chorrito de aceite, y con una cuchara de palo vamos mezclando. Ahora vamos
añadi8endo el agua poco a poco, no os preocupéis, admite esta cantidad y
dependiendo de la marca de harina algo más ó menos, por eso lo de poco a poco. Al
principio la masa es pegajosa, pero vamos moviendo con la cuchara y se va incorporando
la harina y el agua y formándose una masa que vemos que ya podemos trabajar.
En la encimera, limpita y seca,
espolvoreamos algo de harina y colocamos nuestra masa incipiente y empezamos a
amasar. Poco a poco vamos comprobando que la masa se hace más suave y va dejando
de pegarse. Si creéis que necesita un poquito más de harina o de agua,
añadimos, pero muy poco a poco. Estaremos así al menos unos 10 minutos, mínimo.
Espolvoreamos harina en el fondo del cacharro usado previamente y lo tapamos
con film transparente o un trapo húmedo, no mojado. Ponemos al sol y dejamos que
doble su volumen, unos 15 ó 20 minutos. Amasamos para desgasificar la masa y
ponemos en la placa donde vayamos a meter en el horno con un poco de harina
espolvoreada por la placa y por encima del pan y tapamos con un trapo, pero
esta vez seco. Podemos hacerle unos cortes encima para evitar que rompa la
corteza cuando empiece a cocer en el horno. Colocamos al sol, o al amor de la
lumbre, y dejamos reposar nuevamente 15 ó 20 minutos, hasta que doble por
segunda vez su volumen.
Precalentamos el horno, por
arriba y por abajo a 200ºC ,
con una placa abajo del todo con agua. Es para evitar que se tueste demasiado
mientras que esta creciendo la masa y facilitar la acción de la levadura. Cuando
se alcanza esta temperatura, a media altura en el horno, colocamos nuestro pan.
Primero lo tendremos unos 14 minutos, retiraremos el agua y lo tendremos otros
15 ó 20 minutos más, según lo durita que queráis la corteza. Cuanto más tostada
esté la corteza, mejor se conservará.
Podemos cortarlo en rodajas y
meter en el congelador y podremos comer tostaditas, con aceite, tomate, manteca
colorá, etc., para desayunar, pero con un pan casero que te mueres. Hoy lo han desayunado mis cachorros y siento que me quieren más. Por el interés supongo.
Un abrazo
Está muy bonito el pan parece hecho con un compas, seguro está igual de rico. bs, Inma
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