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PAN BLANCO CASERO


No os voy a decir que es fácil y sencilla, ni rápida. Al que vaya la marcha de las masas y dedicarle tiempo, aquí tiene una oportunidad de oro. He hecho mucho pan y, aunque estaba bueno, siempre tenían un algo por mi parte. He estado mirando algunas recetas y he encontrado la que hasta ahora me parece ideal. Es lo más parecido, que sale a mano y con  un horno casero, que podemos obtener a un pan blanco de campo. Tierno y firme y con la miga densa pero suave, o sea, el pan.

Necesitamos:

700 g de harina de fuera. La podéis encontrar en los supermercados valencianos en los que el personal viste de verde, y el paquete es rojo.
25 g de Levadura fresca. Lo mismo digo, está junto a los yogures.
400 ml de agua tibia
Un chorro de aceite de oliva virgen extra
1 cucharada de sal 

Nos quitamos los anillos y pulseras y nos ponemos un delantal. Calentamos, no a más de 40-50ºC el agua. Esto significa que cuando metemos el dedo la notamos tibia y no caliente. Disolvemos la levadura en esta agua y si podemos la dejamos reposar unos minutos, 5 ó 10.

Mientras reposa el agua con la levadura, podemos ir, el que quiera, tamizando la harina y colocándola en un cacharro grande, donde vamos a trabajar la masa. Lo de tamizarla no es una jilipollez, sino una manera de añadir aire previamente a la harina, soltar los granos y ayudar a que la levadura actúe con más facilidad.

En este momento añadimos la sal y el chorrito de aceite, y con una cuchara de palo vamos mezclando. Ahora vamos añadi8endo el agua poco a poco, no os preocupéis, admite esta cantidad y dependiendo de la marca de harina algo más ó menos, por eso lo de poco a poco. Al principio la masa es pegajosa, pero vamos moviendo con la cuchara y se va incorporando la harina y el agua y formándose una masa que vemos que ya podemos trabajar.

En la encimera, limpita y seca, espolvoreamos algo de harina y colocamos nuestra masa incipiente y empezamos a amasar. Poco a poco vamos comprobando que la masa se hace más suave y va dejando de pegarse. Si creéis que necesita un poquito más de harina o de agua, añadimos, pero muy poco a poco. Estaremos así al menos unos 10 minutos, mínimo. Espolvoreamos harina en el fondo del cacharro usado previamente y lo tapamos con film transparente o un trapo húmedo, no mojado. Ponemos al sol y dejamos que doble su volumen, unos 15 ó 20 minutos. Amasamos para desgasificar la masa y ponemos en la placa donde vayamos a meter en el horno con un poco de harina espolvoreada por la placa y por encima del pan y tapamos con un trapo, pero esta vez seco. Podemos hacerle unos cortes encima para evitar que rompa la corteza cuando empiece a cocer en el horno. Colocamos al sol, o al amor de la lumbre, y dejamos reposar nuevamente 15 ó 20 minutos, hasta que doble por segunda vez su volumen.

Precalentamos el horno, por arriba y por abajo a 200ºC, con una placa abajo del todo con agua. Es para evitar que se tueste demasiado mientras que esta creciendo la masa y facilitar la acción de la levadura. Cuando se alcanza esta temperatura, a media altura en el horno, colocamos nuestro pan. Primero lo tendremos unos 14 minutos, retiraremos el agua y lo tendremos otros 15 ó 20 minutos más, según lo durita que queráis la corteza. Cuanto más tostada esté la corteza, mejor se conservará. 

Podemos cortarlo en rodajas y meter en el congelador y podremos comer tostaditas, con aceite, tomate, manteca colorá, etc., para desayunar, pero con un pan casero que te mueres. Hoy lo han desayunado mis cachorros y siento que me quieren más. Por el interés supongo.

Un abrazo

Comentarios

  1. Está muy bonito el pan parece hecho con un compas, seguro está igual de rico. bs, Inma

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