Receta humilde, sencilla y
sabrosa. De eso se trata.
Necesitamos:
1/2 kg de champiñones
5 dientes de ajo
1 guindilla
Perejil picado
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Pimienta negra recién molida.
Es muy sencillo y rápido, lo que
le gusta a algunos ligerillos de la cocina. Picamos los ajos muy pequeñitos y
los ponemos en una sartén, en 5 cucharadas de aceite de oliva, con la guindilla
a macerar.
Los champiñones los limpiamos de
tierra y le quitamos los pies, los cuales guardaremos y los usaremos para dar
sabor a alguna salsa o hacer una crema, etc. Ponemos una sartén o una plancha a
calentar, con poco aceite, un par de cucharadas, a fuego medio.
Por otra parte encendemos la
candela de la sartén de los ajos y la ponemos al mínimo, para que no se nos
pasen y los podamos apartar antes de que tomen color.
Una vez que la sartén/plancha ha
tomado temperatura colocamos los champiñones boca abajo, un minuto, no más.
Transcurrido este tiempo, los volteamos y ponemos sal y pimienta. Dos minutos
más tienen la culpa de que los saquemos y estén listos. Si los Champiñones son
grandes los ponemos 2 minutos por un
lado y 3 por el otro.
Los sacamos al lato y le rociamos
con los ajos y el aceite de haberlos sofrito por encima, y finalmente el
perejil. Es una chorrada de plato, pero es una satisfacción al comerlos.
No me gusta hacerlos demasiado
porque pierden entonces esa textura tan buena, un poco crujiente del champiñón.
Si nos pasamos haciéndolos quedan blandorros y casi chiclosos. El punto es al
dente.
Un abrazo
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