Las pechugas de pollo siempre se suelen comer de las mismas tres ó cuatro, formas. Es el momento de empezar a inventarnos modalidades un poco diferentes, sin grandes inversiones, ni económicas ni temporales, pero como siempre muy ricas.
Vamos a necesitar para cuatro personas:
4, ½ pechugas de pollo, o sea, cada pollo lleva dos ½ pechugas, pues eso.
4 lonchas de panceta oreada, mejor panceta que bacon, el ahumado puede con todos los sabores.
Dos cebollas
2 latitas de paté. Podemos utilizar patés potentes o suaves. A gusto del consumidor
1 copa de manzanilla de Sanlúcar, o de sidra natural.
Sal y Pimienta recién molida
½ vaso de agua
Aceite de Oliva virgen extra.
½ ramita de canela
Un clavo
Una hoja de laurel
Un trozo de corteza de limón.
Comino molido y orégano
Bien, ponemos el horno a calentar por arriba y por abajo a 170ºC . En la placa de horno ponemos un chorrito de aceite y colocamos la cebollita cortada en juliana, o sea, en tiras finitas, con un poco de sal y pimienta recién molida. En una esquina ponemos el laurel, clavo, canela y un trozo de corteza de limón.
Cogemos las ½ pechugas y las abrimos por la mitad sin llegar al final y sacar dos filetes, sino haciendo un filete grueso. En una de las caras salpimentamos y en el otro untamos el paté. Lo cerramos y colocamos dos trocitos de panceta encima y los atravesamos con unos palillos que a su vez nos sirve para cerrar las pechugas. La panceta más que para dar sabor es para que no se seque demasiado la carne y la grasilla sirva para mantenerla jugosa.
Las colocamos encima de la cebolla y ponemos por encima un poco de comino, pimienta negra y orégano. Rociamos con el vino y colocamos en la base el ½ vaso de agua.
En el horno, cuando la panceta esté crujiente y la pechuga doradita, está listo. No tardará más de 35 ó 40 minutos. Iremos rociando con el jugo de vez en cuando por encima de las pechugas.
Buen provecho
Comentarios
Publicar un comentario