La masa madre, no es más que un fermento que podemos
guardar en nuestra nevera y que utilizamos cuando vayamos a preparar masas de
pan, repostería etc. El modo de usarlo,
ya es personal, pero en mi caso suple casi la mitad de la cantidad de levadura
fresca que utilizamos en una receta normal, dándole mayor durabilidad al pan y
un aroma y una textura especial.
La fermentación provienen de la digestión por parte de
las levaduras, en nuestro caso, de la materia orgánica que encuentra en la
harina, aeróbica al principio, hasta agotar el oxígeno del medio y luego, en
ausencia de oxígeno, anaeróbica. Es por ello, que siempre tapamos las masas
para fermentar o las metemos en fermentadores, que lo que hacen es mantener a
una temperatura, de unos 35 a 45 ºC, con una humedad determinada y con un
volumen de oxígeno, suficiente como para que se agote con facilidad.
Cuando una masa empieza a fermentar, se genera CO2,
y si llega a realizar una fermentación alcohólica, etanol, el cual se evapora
en el horneado, poniéndose la masa esponjosa y aumentando de volumen, porque se
acumula el gas en la masa. gas que se
elimina en el horneado.
Bien, pues os voy a enseñar a generar vuestro propio
fermento madre, que dependiendo de la harina que uséis, agua, azúcares, etc,
será vuestra y personal. Hay panaderías, una concretamente en Francia, que
mantienen su propia masa madre desde hace más de 100 años.
El proceso es:
Día 1. Mezclamos 25 g de harina de fuerza con 25 g. de
agua y unos granos de azúcar. Esta ayudará a que empiecen a ponerse cardiacas
las levaduras y comience el proceso con más actividad. Además podemos poner 1 ó
2 g. de levadura de panadero. Obtendremos una masa pegajosa. Es así el tema. Metemos
en una fiambrera, con el menor volumen de aire libre posible. Podemos arrancar
desde 50 g., 100 g., como queramos.
Día 3. Pasan dos días y añadimos la misma cantidad de
harina que teníamos y la misma cantidad de agua, o sea, 25 g. de harina y 25 de
agua. Mezclamos y tapamos.
Día 5. Vamos a añadir esta vez, 50 g. de harina, pero mitad
blanca y mitad integral. Pondremos a tope con la harina integral a las
levaduras y así aceleraremos su capacidad de fermentar. Ah, y 50 g. de agua.
Mezclamos y dejamos unos dos o tres días más fermentando.
Pasada una semana desde el comiendo, tendremos nuestra
masa madre lista para empezar a trabajar con ella. Encontraremos burbujas en la superficie y un olor indescriptible a
levadura, nuestra levadura, nuestro personal fermento.
Cuando no la voy a usar, la dejo en el frigorífico, en
su fiambrera, incluso podemos llegar a congelarla. Generalmente la uso una vez
al menos por semana. Si vemos que pasa más tiempo sin usarla la activamos
añadiendo una cucharada de harina y un poco de agua tibia, mezclamos y dejamos
reposar 24 horas. Se nos activa y está preparada para lo que queramos. Una vez
se usa, añadimos la mitad del peso que tengamos de masa madre en harina y la
otra mitad de agua, dejamos fermentar 24 y a la nevera. A descansar la
criatura.
Lo he intentado muchas, muchisimas veces, en tres ocasiones siguiendo los pasos de Iban Yarza, me compré el libro hace un año y te puedo asegurar que en vez de masa madre, me salía la "masa madrastra" de la Bella Durmiente.....No fui capaz. ¡¡ Hasta ésta semana !! Llevo seis dias y estoy contentísima, por fin, parece ser que lo estoy consiguiendo.....
ResponderEliminarSi no es así, voy a seguir tus pasos, tu consejo.
Besos y buen fin de semana.
Con un poquito de retraso, pero gracias
EliminarQUE ESTUPENDAS RECETAS, FACILITAN LA VIDA Y LE AGREGAN CONDIMENTO A LOS DÍAS.
ResponderEliminarMuchas gracias
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