Como aperitivo o como un entrante
en una cena es perfecto. Es suave, ligero, y aún siendo una fritura es
digestivo y si hacéis caso de cómo hacerlo no sale aceitoso, ni muchísimo
menos.
Necesitaremos:
5 cucharadas de harina de fuerza
5 cucharadas de harina de freír
½ sobre de levadura rápida
1 huevo
Sal
Pimienta molida
Azafrán, colorante alimentario
1 cebollita
3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Aceite para freír
½ vaso de agua
Harina de freír para enharinar las bolitas
Una vez cocida la coliflor, cada
uno según le guste, a mi más bien entera, o sea unos 10 minutos, la picamos a
cuchillo. Picamos igualmente, en daditos, la cebolla y la salteamos en tres
cucharadas de aceite de oliva virgen extra a fuego medio, con un poco de sal
para que sude. Cuando empiezan a ponerse transparente añadimos la coliflor,
salpimentamos y rehogamos unos minutos, 2 ó 3. Apartamos y dejamos enfriar.
Una vez fría, le añadimos el
huevo, y mezclamos. Ahora también pelamos las gambitas y las picamos un
poquito.
Ahora incorporamos las harinas,
el colorante y la levadura.
Vamos incorporando el agua,
lentamente. Puede ser medio vaso, más o incluso menos. Depende del tamaño de
huevo, la harina, etc.
La textura que buscamos es
cremosa, pero con la densidad suficiente para tomarla con una cuchara,
moldearla con la ayuda de otra y que nos permita enharinarla. No ha de ser dura,
sino como una bechamel espesa, que nos permita trabajarla., y luego añadimos las gambitas.
Corregimos de sal y pimienta y
dejamos reposar unos 15 minutos. Pasados estos minutos, la textura será un poco
más espesa, y esto es perfecto, ya que
ahora nos hemos asegurado el poder
manipularla.
Tomaremos con una cuchara una
porción y con otra iremos rebañando, así sucesivamente, hasta que veamos que se
ha formado como una albondiguilla, aunque no ha de ser redonda, y la colocamos
en la harina de freír. Esta suele ser de paquete azul y llevar un pez dibujado
en el exterior. Con cuidado las envolveremos en harina y dándole unas vueltas
en la mano, como si tuviéramos una canica y la hiciéramos girar en la palma de
la mano, pero sin apretar, eliminamos la harina sobrante.
Mientras vamos operando,
colocamos aceite de oliva suave o de
sabor intenso, según el gusto, a calentar a fuego medio. Cuando esté caliente,
que no humeando, echaremos las bolitas. Estas aumentarán de tamaño. A los pocos
segundos de meterlas en el aceite, le daremos la vuelta, si no lo hacemos así,
se nos abrirán por el lado que no esté sumergido. Preferible que no pongáis más
de 5 ó 6 bolitas a la vez, ya que no os dará tiempo de manipularlas todas y
unas estarán hechas mientras que otras no.
Cuando doren, las sacamos en
papel absorbente y listo para comer. A mi mujer y a mis niños la otra noche les
pareció estupendo, al llegar de ver unos cuantos Belenes por la calle.
Tiene una pinta barbará me tengo que poner con ellos a ver si me salen igual de buenos!! Besitos
ResponderEliminarNunca he hecho los buñuelos con coliflor y tienen un aspecto estupendo, me quedo por tu cocina que no la conocía.
ResponderEliminarbesos
unos originales, suaves y ricos buñuelos
ResponderEliminarEste plato tengo que hacerlo ya sabes que me encantan deben estar estupendos besos tu hermana IGM.
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