Bueno, si tenéis la suerte de
querer o poder degustar este marisco, que no es de los más caros precisamente,
aquí os dejo esta receta, para cocerlos y dejarlos en su punto. Es sencillo,
pero hay que seguir todos los pasos, no os despistéis.
Necesitamos:
Sal gorda marina
Agua
I hoja de laurel
1 copa de manzanilla de Sanlúcar
Hielo abundante y agua fría
Este fin de semana hemos tenido
reunión familiar en casa, y mi querido Antonio, quería marisco, así que, dicho
y hecho. Se fueron a comprar el marisco y me trajeron estas cigalitas entre
otras exquisiteces.
Pues nada, dejamos descongelar,
en el frigorífico, sin prisas. De un día para otro, para evitar fastidiarlo lo
mínimo.
Enjuagamos el marisco y lo reservamos.
En una olla ponemos agua y
empezamos a disolver sal, mientras que lo llevamos a ebullición. Iremos
probando el agua, hasta que nos de la sensación de que estamos en la playa. Ese es el punto
de sal. No vamos a entrar en cantidades, sino que vamos a encontrar el punto de
sal del agua de mar, añadiendo poco a poco.
En otro cacharro, ponemos como 2
ó 3 litros
de agua con un par de puñados de sal y hielo. Lo de la sal, es para que
mientras que están en remojo no pierdan salazón. Ha de ponerse helada, porque
es para cortar el hervor y que la carne se retraiga, endureciéndose y separándose
de la cáscara.
Cuando rompe a hervir, añadimos
el laurel, la manzanilla y metemos las cigalas en el agua. Con cuidado de no
dañarlas. Removemos con mucho cuidado y cariño y dejamos que rompa a hervir.
Desde este momento serán entre 2,5 y 3 minutos según el tamaño, no más.
Pues bien, llegado a este punto,
sacamos el marisco con una espumadera y directamente al agua con hielo. Lo
moveremos con mucho cuidado, para que la temperatura del agua se homogeneice y
no se quede caliente en el entorno del marisco. Lo tendremos hasta que al tocar
las piezas de marisco veamos que están bien frías, y el interior no está aún
caliente.
Extraemos el marisco del agua y
sin escurrir en exceso, para que no se seque, lo colocamos en una fuente y con
una copita de manzanilla, perfecto.
No le pongáis sal por encima, una
vez cocido. Por una parte tiende a secarlo, por otra parte lo hacen en los
bares para que bebas más cerveza y además es un indicativo de que está mal
cocido y que le falta el punto de sal.
Si tenéis la suerte de que sobra
algo, lo colocamos en una fiambrera acorde al tamaño de la cantidad que vayamos
a guardar. Que no sobre mucho aire y le colocaremos al marisco un par de hojas
de papel de cocina mojados por encima, para evitar que se seque.
Una receta sencilla y muy deliciosa. Me encantan las cigalas. Saludos de Cocina con MrZexions y Bisutería la Pompita.
ResponderEliminarSi que es sencilla, pero muy rica. Gracias
EliminarEstaban buenísimas que bien te salieron cocidas
ResponderEliminarUn beso
EliminarLa manzanilla seguro que le da un toque muy bueno, la verdad que a pesar de que las cigalas me gustan más a la plancha tengo que reconocer que cocidas son una delicia también. En mi casa cuando las comemos es una competición jajajaj, hay que apurar que sino te quedas sin ellas..jejej besiños
ResponderEliminarPrueba a cocer cualquier marisco, añadiendo una copa de manzanilla y veras como no altera ningún sabor, sino que aromatiza un montón. Un abrazo
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