De este plato tengo el recuerdo
de cómo lo hacía mi madre y me sigue pareciendo maravilloso, por lo que
prefiero no cambiarle nada, manteniendo
y recordando los mismos sabores y aromas de entonces.
4 personas.
Un pollo cortado para hacerlo en salsa
2 cabezas de ajo
Zumo de un limón
2 copas de manzanilla de Sanlúcar
2 hojas de laurel
1 ramillete de perejil
Aceite
Sal
12 granos de Pimienta negra
Le decimos al carnicero que nos
corte el pollo en cuarto y cada cuarto en tres trozos. De esta manera no son ni
muy pequeños para hacerlos en salsa, ni muy grandes para que queden secos.
Pelamos y picamos los dientes de
ajos en láminas. El perejil lo picamos pequeñito, aunque habrá quien utilice
perejil desecado. Allá con su conciencia. La noche antes de cocinarlo metemos
el pollo con los ajos, el perejil, salpimentamos y le añadimos el vino y el
zumo de limón. Lo dejamos macerar en el frigorífico hasta el día siguiente.
Ponemos en una cazuela amplia, el
aceite, como 1/2 dedo del fondo de la
cazuela aproximadamente, junto con las pimientas. Lo ponemos a calentar,
caliente pero con el fuego medio-fuerte. Retiramos del polo el jugo y los ajos
con el perejil, añadiendo la carne al aceite. Rehogamos hasta que dore, no
hasta que esté frito, sino que la piel adquiera un tono pardo clarito, con el
fin de sellar la carne y que quede jugoso.
Una vez llegado a este punto, añadimos los ajos y sofreímos unos minutos. Ahora empezarán a mezclarse los aromas y un delicioso olor invadirá la cocina. Este es el momento de añadir el jugo de del aliño, o sea, el jugo del pollo con el limón y la manzanilla. Sofreímos un par de minutos y añadimos agua, hasta que cubra y las hojas de laurel.
Una vez llegado a este punto, añadimos los ajos y sofreímos unos minutos. Ahora empezarán a mezclarse los aromas y un delicioso olor invadirá la cocina. Este es el momento de añadir el jugo de del aliño, o sea, el jugo del pollo con el limón y la manzanilla. Sofreímos un par de minutos y añadimos agua, hasta que cubra y las hojas de laurel.
Dejamos cocer a fuego lento unos
45 minutos. En este tiempo habrá reducido el caldo, convirtiéndose en una
maravillosa salsa y el pollo quedará tierno.
Se puede acompañar perfectamente
con unas patatas fritas de verdad, no de paquete, por favor.
Un abrazo
Solo con leerlo se hace la boca agua, ¡¡¡que cosa más rica chiquillo!!!. Antonio
ResponderEliminarQue buena pinta tiene,seguro que voy hacer esta receta.
ResponderEliminarGracias por el aporte.
Siempre me ha gustado esta receta de pollo al ajillo, es sencilla, sabrosa y saludable, además cada vez que la hago no puedo evitar mojar pan en la deliciosa salsa que se queda con sabor a ajo y pollo.
ResponderEliminarQue bien que te guste tanto, bienvenida siempre por este blog
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