Los churros son para mí, una
parte muy importante en mi infancia. Recuerdo perfectamente como cuando iba con
mi madre los sábados a la plaza de Cádiz, como comprábamos un papelón de
churros en “la guapa” y nos lo comíamos paseando por la plaza mientras hacíamos la
compra. He intentado reflejar ese sabor y creo que en mayor o menor medida lo
he conseguido.
1 taza de harina de fuerza
1 taza de agua
1 cucharadita de sal
½ cucharadita de levadura de sobre
Pondremos el agua a hervir, no
vale solo calentarla, sino hervir a borbotones. En un bol, colocaremos la
harina con la sal y las levaduras. Lo de la levadura es opcional, pero a mí me
gusta, porque le da cierta esponjosidad y por fuera el crujiente de la fritura.
Añadimos el agua, poco a poco y
sin dejar de mover con una cuchara de palo. Hay que amasar bastante para que la
textura del churro luego sea la idónea. Mover por lo menos durante 15 ó 20
minutos y mezclar bien. Una vez pasado este tiempo, pondremos la masa tapada
con un trapo y dejaremos enfriar. Primero y rápidamente, se enfriará por fuera
y por dentro estará muy caliente, cociéndose la masa y evitando que esta quede
cruda cundo la friamos. Tardará unos 45 ó 50 minutos en enfriar.
Introduciremos en una churrera la
masa y la descargaremos en la encimera, haciendo un churro largo, que luego
cortaremos con las tijeras de cocina, haciéndolos del tamaño que queramos, con
lacitos, sin lacitos, largos, en ocho……
Si no tenemos churrera, una maga pastelera, pero de las de desechar o de
plástico, porque la que son de tela, son imposible de limpiar luego de la masa.
Pondremos en un perol profundo
aceite de oliva suave abundante, en el que previamente hayamos frito un trozo
de pan para quitarle el sabor a aceite crudo. El fuego tiene que se medio/vivo
y el aceite estar siempre muy caliente. Colocaremos los churros dentro del
aceite, de muchos en muchos, para que el aceite no los queme rápido y queden
crudos. Si los hacemos a fuego lento se empapuchan de aceite. Por eso es
importante echar bastantes. No todos de golpe, de uno en uno, como en las
churrerías con las máquinas que los cortan. Removemos, para que no se peguen
entre si. Dejamos que doren y escurrimos en un plato con un papel absorbente.
El resultado final es una
merienda o un desayuno, como el que nos pegamos este domingo con mis sobrinos
en casa, maravilloso. Probad.
Uy que ricos, me los comería con un chocolate calentitooooo. Perfectos. Besos
ResponderEliminarMe encantan, lo copio y lo hago este domingo.
ResponderEliminarMe quedo para conocerte.
Besos
Seguro que has conseguido el sabor,esta fuente de churros está diciendo comeme. Inma
ResponderEliminarpor dios! que bandeja de churros mas impresionantes,tengo que seguir viendo tus recetas ya que no conocía tu blog,me quedo.
ResponderEliminarTambién tengo un grupo en face donde puedes poner tus recetas
Cocinamos con Reina