El nombre tan largo de esta
receta es debido a que realmente no se como se llama esta receta, y he optado
por un descriptivo de estos sin sentido. La verdad es que esta receta tiene una
historia. Hace como veintitantos años, nos juntábamos los lunes en el bar Ajo Blanco, situ en la calle alhóndiga
9, Sevilla. Era el día que cerraba al público. Pues bien, siempre había algo
que celebrar. Un aniversario de apertura del bar, un cumpleaños, o nada en
realidad. Solo quedábamos allí, a escuchar, unas veces Jazz o cualquier disco
de Rock progresivo de la magnifica colección de Manolo. El día era eso,
escuchar música, comer y tomar cervecita. Algo maravilloso.
Un día, mi amigo José Manuel
Peña, valenciano él, nos preparó unos mejillones muy sencillos pero diferentes,
que denominó Mejillones Valencianos, haciendo homenaje a su tierra de origen.
No pondría la mano en el fuego, por el que ese sea su nombre, por lo cual está
matizado con la primera parte del título de esta receta.
Necesitamos:
2 clavos
1 limón
1 cucharada de pimentón
1 copa de manzanilla de Sanlúcar
5 dientes de ajos machacados
10 ó 15 granos de pimienta negra
1 hoja de laurel
2 cucharadas de harina
5 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Lavamos muy bien los mejillones,
frotando las valvas para eliminar restos y que no os pase lo que me ha ocurrido
en la foto, que aunque haya limpiado muy bien, se me ha colado una hebra de las
barbas del mejillón en medio de la foto. Enjuagamos y dejamos un par de horas en
agua con sal.
En una olla ponemos el aceite a
calentar, con los dientes de ajo, el laurel, los clavos, el limón cortado en
trozos y la pimienta.
Cuando empiezan a oler añadimos
la harina y la tostamos unos minutos.
Cuando empieza a tomar color,
añadimos los mejillones y el pimentón. Rehogamos tos y añadimos la manzanilla. Tapamos
y dejamos abrirse los mejillones. Como unos 5 minutos.
Servimos y comemos en caliente,
con una cantidad considerable de pan para mojar y un vinito tinto. Perfecto.
Querido amigo,al ver tus maravillosas recetas, me he transportado a otros tiempos, a mi niñez, la sopa de coliflor, esos mejillones, esas cañaillas que son mi delirio como buena "cañailla" que soy y esos maravillosos churros que yo también comia pero en la plaza de San Fernando mientras mi madre hacia la compra,en fin,recuerdos maravillosos que espero no olvidar.Me ha emcantado conocer tu blog,te dejo el enlace al mio,que es consecuencia tambien de mi niñez. MIL BESOS. http://eljardindevictoria.blogspot.com.es/
ResponderEliminarEs un placer que me lleguen comentarios como el tuyo. Gracias
EliminarEsa salsita para los mejillones tiene que ser de escándalo, claro que a mi me gustan tanto que todas las salsa me parecen buenas para ellos. Esto me recuerda que hace mucho que no los cocino.
ResponderEliminarBesinos
A los mejillones les hacen llamar el marisco de los pobres, pero para mi son como un regalo del cielo.
EliminarEn casa siempre los hacen cocidos y nada mas, que ganas de probarlo asi, tienen que estar deliciosos!!
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