Me encanta el pescado, en todas sus versiones. La verdad es que soy producto de mis padres, como una mezcla de ambos. Con algunas virtudes y los pocos defectos que tenían ambos. Entre las virtudes está el amor por la cocina, la manzanilla de Sanlúcar y en especial, como no, por el pescado. Esta receta se la podríamos dedicar al abuelo, un viejecito con 86 años al que adoro.
Necesitaremos:
2 truchas
Salsa de soja
Jengibre fresco
Para la guarnición:
2 patatas gordas
½ cebolla blanca
1 pimiento verde
½ pimiento rojo
Pimienta negra recién molida
Si no lo habéis adivinado todavía, la guarnición son unas papas a lo pobre con pimientos de colores.
Las salsas de soja podemos diferenciarlas en dos grandes grupos: Las orientales, con un sabor más fuerte a glutamato monosódico (la sal que se usa para los kikos de maíz, o los fritos, etc.) y las occidentales, algunas con marcas de mayonesa y salsa de Ketchup conocidas, que son más espesas y con aromas a especias más fuerte y menos saladas. Bien para esta receta vamos a utilizar la salsa de soja más occidental.
Cortaremos el jengibre en bastoncillos, como cuatro o cinco rodajas de jengibre fresco. Pondremos las truchas con escamas y solo con las tripas quitadas, con un chorro de salsa de soja y el jengibre durante 24 horas a macerar. Las moveremos de vez en cuando.
Pondremos el horno a 200ºC por arriba y por abajo. Prepararemos una cama de sal, como de un dedo en la bandeja de horno y con la punta de los dedos rociamos unas gotas de agua, para que encostre mejor. Colocamos encima las truchas escurridas del macerado, aunque podemos añadir los trocitos de jengibre. Tapamos con otra capa gruesa de sal, como de otro dedo, y hacemos lo mismo con el agua. Una vez el horno alcance la temperatura metemos el pescado y dejamos 20 minutos, no más.
Mientras en una sartén con aceite abundante al mínimo, ponemos las patatas cortadas en rodajas de 2 milímetros, más o menos, con un poco de sal. Moveremos de vez en cuando. Pasados 10 minutos, añadiremos las cebollas y los pimientos cortados en juliana gruesa, como de 2 ó 3 milímetros de grueso, y dejamos otros 10 minutos. Pasados este tiempo sacamos del aceite y dejamos escurrir.
Con la trucha, a los 20 minutos, se habrá creado una costra dura que retiraremos con un cuchillo de pescado, o paleta de servir y mucho cuidado. Quitaremos la piel y luego sacaremos los filetes de la misma.
Para servir, pondremos, un lomo de trucha con una guarnición de papas a lo pobre multicolor y espolvorearemos pimienta recién molida por encima. Una delicia de sabores y aromas. Muy recomendable para los niños.
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