Es una ensalada diferente, no por los ingredientes, sino por la vinagreta que lleva. Está preparada a base de nata líquida, pimienta verde, mostaza y cebolleta. El que quiera puede cambiar la nata por yogurt, pero no es lo mismo. Os recomiendo que la probéis y si queréis cambiarle algo pues lo hacéis pero a posteriori.
Necesitamos:
6 hojas de lechuga
1 tomate
1 cebolleta tierna
Un trozo de queso Emmental
Un Huevo
Un trozo de panceta oreada
100 ml de nata líquida
2 ó 3 cucharaditas de mostaza de Dijon
½ cucharadita de pimienta verde en vinagre
Sal
Pimienta negra molida
2 rebanadas de pan
Unas gotas de Tabasco, al gusto
3 ó 4 cucharadas de Aceite de oliva Virgen extra.
Lo primero que vamos a preparar es la salsa, porque hace falta que se mezclen los sabores, una ½ hora antes de usarla. En un bol, ponemos la pimienta verde y con una cuchara las rompemos. Añadimos la nata y la mostaza y removemos con una varilla. Añadiremos el aceite, sal, pimienta negra y la salsa de Tabasco y seguiremos removiendo como 20 ó 30 s. a fin de que liguen todos los sabores. Cortaremos la cebolleta fresca en aritos, los desmontaremos y lo echaremos en la vinagreta, dejando macerar. Se mezclarán los sabores y el resultado final es delicioso.
Coceremos el huevo de la siguiente forma. Para evitar que se rompa y se salga el contenido, pondremos agua con sal y un buen chorro de vinagre. Cuando esté a punto de hervir, ponemos el huevo. Hemos creado un medio hipertónico que evitará que salgan los fluidos del huevo por algún poro o fisurita que se cree en la cáscara durante o previo a la cocción. 10 minutos tienen la culpa del resultado. Sacamos del agua caliente, cascamos la cáscara del huevo y lo ponemos en agua fría para que el huevo se contraiga y se despegue de la cáscara. En 3 ó 4 minutos se puede pelar con facilidad. Lo picaremos como nos guste.
La panceta oreada la cortamos en tiritas muy finitas y la freímos en la sartén, sin aceite ni nada, su propia grasa nos ayudará. El fuego lo ponemos medio/lento. Le daremos el punto para que esté tostada y crujiente. Una vez dore, la sacamos en un plato escurriendo el aceite sobrante con un papel absorbente.
En aceite de oliva suave abundante y a fuego medio, pero caliente, freímos el pan cortado a daditos hasta que dore. Apartamos y escurrimos en papel absorbente.
Cortamos la lechuga en juliana gruesa y el tomate a daditos, como el queso y ponemos en una fuente.
Añadimos el huevo picado, las virutas de panceta oreada y fritas y el pan frito. Por encima rociamos la salsa y perfecto para cenar.
¡qué buena salsa! y el pan frito...
ResponderEliminarMuchas gracias. La verdad es que si que salió buena
ResponderEliminarQue buena pinta tiene esa ensalada, tiene una vista estupenda y debe saber riquísima. Besitos. Antonio
ResponderEliminarMe la comería esta noche para cenar engancha con la vista tan buena que tiene. IGM
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