Alguno se sorprenderá por ver que
me meto en temas de repostería. Pues no, no os preocupéis, de este sector solo
me interesan las masas fritas y horneadas. Tranquilos, que nos castigaré con
recetas de tartas y demás, que para eso hay gente que disfruta más que yo, como
mi Pedri to, futuro repostero de la
Casa Real. Seguro.
Al lío. Esto es una receta de
unas masas fritas portuguesas, más ricas que los Donuts, incluso.
Los ingredientes se van a separar
en los de la masa madre y los propios para realizar la masa final. Puede parecer engorroso, pero
es bastante más sencillo de los que podamos creer.
Masa madre:
100 gr de harina de repostería.
25 gr de levadura de panadero
100 de agua tibia
Calentamos un poco el agua, pero
no en exceso, porque puede terminar dañando la levadura.
Mezclamos la harina con la
levadura, frotando ambas con la palma de las manos y desmigando la levadura.
Finalmente vamos añadiendo el agua, hasta que podamos amasar, y consigamos
una masa con textura. La colocamos en un cacharro con film transparente y la
dejamos reposar hasta doblar su tamaño.
Masa final:
400 gr de harina de repostería
Una cucharada sopera de sal
120 gr de azúcar
125-150 ml de leche entera (dependiendo del tamaño de los huevos)
2 huevos
Cáscara de una naranja rallada
1 chupito de Cointreau o bien Triple seco de Larios, versión barata del
Cointreau
Las semillas de una vaina de vainilla. (La encuentras en ese
supermercado Valenciano que hay en todos las poblaciones españolas y que visten
de verde)
50-60 gr de mantequilla.
50 gr de azúcar para hacer azúcar glass
Masa madre
Aceite de girasol, para freír
Procedemos a mezclar la harina,
no toda, guardamos unos 50 gr, (lo mismo no hace falta toda, depende del tamaño
de los huevos), con la sal y el azúcar y añadimos la masa madre. Mezclamos y seguimos añadiendo la cáscara de naranja
rallada, la vainilla y los huevos, junto con el licor, este es opcional, pero
viene bien. Vamos amasando todo hasta
conseguir una masa que no sea pegajosa y se deje trabajar a mano. En este
momento se pone en la encimera y atacamos como si de pan se tratase, o sea, sin
piedad. Si vemos que nos pide más
harina, le echamos poco a poco.
Pasados unos minutos la ponemos
en el cacharro donde la mezclamos y colocamos nuevamente film hasta que doble
de tamaño. No os creáis que tarda mucho en subir, unos 30 ó 40 minutos, no más.
Con el azúcar para hacer glass,
la ponemos en el vaso de la batidora y le damos caña hasta que quede en polvo.
También las venden es el supermercado que os comenté.
Ponemos el aceite de freír en un
cacharro hondo, uno de esos peroles que tenían nuestras madres para freír. Es
lo mejor. Ponemos el aceite a calentar a fuego medio, pero caliente, sin llegar
a humear, y vamos haciendo las bolitas. Es increíble como crecen, es un espectáculo
precioso. No freírlas demasiado, que queden doradas y no oscuras, esta masa se
hace muy pronto. Las colocamos en papel adsorbente, y luego en una fuente.
Una vez acabado el proceso y aún
caliente del echamos por encima el azúcar glass, y os los aseguro, a disfrutar.
La semana pasada nos lo pasamos
en grande merendando con los niños.
Un abrazo
Me atreví con las bolinhas. Están buenííisimas.
ResponderEliminarM Eugenia.
¡Madre mia como estan de buenas las bolinhas,Inma
ResponderEliminarOh nooooo!!! Estan crudas por dentro...
ResponderEliminarSupongo que habrás usado el aceite muy caliente y se han dorado por fuera y quedado crudas por dentro. Inténtalo otra vez porque te aseguro que salen. Un abrazo
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