RECETA DE LAGRIMITAS DE POLLO
Es un plato que puede comerse en
cualquier bar, así que si los vas a hacer como en los bares, no lo dudes vete
al de la esquina y pídete una tapa, y así fomentas un poquito el consumo, que
falta nos hace. Pero si vas a hacer lagrimitas, vamos a darle un toque algo,
más personal, algo que las haga sensiblemente diferentes y que te identifique.
Pues, bien, vamos a ello.
Necesitaremos:
3 huevos
Pan rayado
Sal
Pimienta
3 dientes de ajo
Una cucharada de Comino molido
Una pizca de Orégano
Una cucharada de pimentón dulce
½ cucharadita de Curri
Aceite
1 limón pequeño
Un poco de agua
Para empezar, todo el mundo
utiliza pechuga de pollo. Es un rollo. Es más seca, y menos sabrosa y resalta
por tanto menos el sabor del adobo que le vamos a preparar. Los contramuslos,
los deshuesamos y le quitamos la piel y restos de grasa que puedan quedarles.
Los cortamos en tiras como de 2cm de
ancha por 5 cm
de largas, o en taquitos, o en tiras finas. Ustedes podéis decidir forma,
tamaño y demás, ya que sois los que lo estáis haciendo. Salpimentamos las tiras
de carne y las reservamos.
Ahora vamos a preparar el adobo.
Metemos todas las especias, junto con el ajo y un chorrito de aceite y el zumo
de limón en el vaso de la batidora. La cantidad de aceite es la justa para que
se triture todo y se forme una pasta que pueda untarse en los trocitos de
pollo. Podemos añadirle un poquito de agua para aligerarlo. Vertemos el aliño
sobre el pollo y lo dejamos macerar al menos una noche. Al día siguiente o por
la tarde, si lo hemos preparado por la mañana, limpiamos un poco con los dedos
los excesos de aliño y pasamos por pan rayado (eliminando el sobrante con unas
palmaditas), huevo (eliminando el sobrante escurriendo en el aíre con un
tenedor), y nuevamente pan rayado, apretando y eliminando nuevamente el
sobrante con unos cariñosos tortacitos.
En este punto prefiero, dejar
reposar los empanados una o dos horas, evitando así que salgan pompas a la hora
de freír, pero hay que decir que soy bastante “jartible”.
En una sartén onda ponemos aceite
de oliva abundante, ya sabéis, caliente pero a fuego medio, sin que llegue a
soltar humo. Colocamos dentro las lagrimitas, no de muchas en muchas, porque
bajaría de golpe el calor del aceite y terminaría cociendo en vez de friendo, y
las dejamos doraditas, que no pardas.
Las sacamos en papel de cocina para eliminar el exceso de aceite y
listo. ¡Ah! Espe rad a que enfríen un
poco, porque si no os abrasáis el paladar.
Podéis antes de freírlas, pero ya
empanadas, congelarlas, sin apilarlas unas encima de otras, y es un plato que a
los cachorros les encanta para una cena, con un tomate rajadito con sal y un
poco de aceite.
Un abrazo
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